domingo, 24 de junio de 2012

DIECISÉIS VECES

El reconocido eurolingüista acudió como invitado a Bastia, isla de Córcega, al X Congreso de Lenguas Minorizadas Europeas, donde disertó sobre el inmenso tesoro cultural que esconden las lenguas en peligro de desaparición en el viejo continente. Fue aplaudido entusiásticamente por corsos, gaélicos, occitanos, gallegos, córnicos, frisones, carelios, vascos, ladinos... que le perdonaron los abundantes lapsus linguae que sufrió en su exposición. Lo achacaron a la edad.

Un  ferviente seguidor bretón contabilizó que por lo menos en dieciséis ocasiones había perdido el hilo, un finés defendía que a sus 92 años seguía siendo brillante, un catalán lamentaba que no tuviera sucesor…

La representante lapona, hablante de la lengua sami, tenía otra opinión. Ella sabía que por lo menos dieciséis veces, sin poderlo evitar, había realizado un pausado cruce de piernas frente a la tarima del ponente. Aquel congreso en pleno Mediterráneo era demasiado caluroso para sus usos y costumbres.


Juan Badaya@
País - España

5 comentarios:

Sara Lew dijo...

No sé lo que tiene el Mediterráneo que seduce tanto...
Un saludo.

Javier Ximens dijo...

Jeje, lo que tienen en común las lenguas.

josé manuel ortiz soto dijo...

Juan, cuando pensaba que el micro habìa terminado con el primer párrafo, me cuentro con la pausa -la creì repetitiva- del segundo, pero el tercero no deja lugar a dudas.
Me gustó.

MA dijo...

¡Que bueno! Pero que muy bueno.

Elysa dijo...

Jajaja, muy bueno, es que al final hay un lenguaje común...

Besitos